miércoles, 15 de julio de 2009

acerca de la reproducción humana

Creo sinceramente que la hora propicia para la reproducción humana es la madrugada, es decir, si se pudiera hacer un estudio (esto es, un grupo humano comprometido con la ciencia en el sentido de generar políticas y estadísticas confiables y aparejables a un sinúmero de posibles estrategias en cuánto a movilizar conciencia ciudadana) de alrededor de unos, y al menos, diez mil casos únicos, se podría reconocer y factificar a ciencia cierta que los niños concebidos luego de la medianoche, tienen más capacidad cognitiva que sus tocayos concebidos en cualquier otro horario. Es posible alertar, desde ya, varios inconvenientes. Uno es la probabilidad que una pareja humana quiera despojarse de su intimidad en pos de la ciencia y abra, en este caso, las puertas a un sinúmero de científicos-estadísticos para que pueda verificar las senciones, omisiones, posturas y otras cuestiones que traigan aparejada, o que sea conveniente saber, acerca de esta reproducción y los benificios intrínsecos que se “vuelcan” a la criatura gestante. Pero olvidemos por esta vez la cuestión primera, pues es sabido que como están los tiempos hoy quizás una pequeña suma de dinero desinhiba a las personas y dejen utilizar sus cuerpos en pos de la ciencia, o ninguna suma! Ya que basta con que la materia en cuestión salga en la tapa de los periódicos para que la gente se abalance sobre la cuestión sin reparar en conciencias ni inhibiciones.

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