el paciente muy enfermo

-Aha, ahora lo comprendo doctor -dijo el paciente muy enfermo-. Usté piensa que lo mio es psicológico, que no hay nada físico dentro mío.
-Así es -contestó el doctor-. Lo suyo es una clara muestra de la sobriedad con la que manejamos las cosas. Si usted pudiera simplemente, decir lo que siente, le auguro un futuro ilustrado.
-el paciente muy enfermo lo miró con ansias, miró al piso, y volvió a mirar por sobre su hombro.-
-Está bien doctor, -dijo con vos firme-. Pero quisiera una segunda opinión al respecto.
-Me parece correcto, dijo el doctor, aca la tiene. Dígale que la ama.
- El doctor lo palmeó en la espalda y salió de la habitación. El paciente muy enfermo se quedó solo, con la boca abierta y la mano derecha sobre su pecho -