jueves, 19 de agosto de 2010

motor



sentí esencia del ramo infinito. sentí las cosas perfectas de su tiempo. espero que rebobines tanto la vida que puedas mirarla pausada y sentirte espléndida mientras los ojos del que está por fuera del telón ilustrado te mira entrepiernas y establece, por sobre manera, que no sos para él. sé por siempre queribles teatros. obras que me ven por dentro, que lo sacan, que barren lo último que queda de esos años dorados. dorados y horrendos. pútridos, que ya ni recuerdo. sobre escenarios tambaleantes de ajenjo extraño que no extraño y desierto. si recuerdo algo de esos lugares de enpesadilla, procuraré solo informar alrededor. hoy me despido, nunca fuimos parientes. nunca fuiste un motor verdadero.

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